domingo, 24 de abril de 2011

Esperanza (Parte 2)


El mundo será mejor

En confesiones discretas consigo mismo algunas personas preferirán el engaño, decirse mentiras al espejo resulta excitante y hasta un poco divertido, no obstante, el contenido de esos engaños es mucho más peligroso que el acto en sí mismo de mentirse mirándose a los ojos. 

Mientras algunos tienden a decirse palabras de aliento para levantar su ánimo, otros, no menos afortunados, tienen que crear una vida paralela frente a ellos. Aterrados de llevar acabo el reflejo de sus deseos más intensos a la realidad que los rodea terminan aislados en un sueño futuro del que nunca saldrán y que  nunca dejará de ser lo que es.

Si bien la realidad en la que estamos involuntariamente inmersos no es de fiar, el creer en edificaciones mentales lo es aún menos, pensamos en todo lo que nos sucede como consecuencias directas de nuestros actos pasados, creemos firmemente según este enunciado que el mismo efecto puede proyectarse a futuro, y que si logramos tocar las teclas mágicas necesarias el futuro será como nos lo hemos imaginado, pero la humanidad tiende a ver en la historia solo la parte inspiradora, de enseñanza y regocijo, de lección y orgullo pero obvia totalmente el mensaje global de la acción pasada y es; que no importa la acción pasada, el resultado siempre estará fuera de tu control.

Vemos en expresiones artísticas, como por ejemplo el cine, como se hace referencia a esta anomalía, nuestra estructura psicológica no nos permite detectar, a primera vista,  el error del final feliz y nos sentimos mal, tristes y desolados cuando en ciertos casos no pasa. Podemos echar culpa de esto a nuestras emociones que constantemente están peleando su puesto dentro del ser, pelea que normalmente van en contra de la inteligencia y que normalmente, y cada vez con más frecuencia, ganan.

La consecuencia de todo esto es la híper consciencia mutilada, tendemos a pensar que todo estará mejor, y no será así, a menos que algo se haga, pero para hacer se debe dejar de pensar en el hacer futuro y desarrollar los planes segundo a segundo, y para esto último la planificación es esencial, pero no es la planificación futura de sueños perdidos –No se puede soñar bien cuando los ojos están cerrados- sino la planificación estratégica del ajedrez, donde nunca se sabe cómo terminará el juego pero se tiene el control hasta los próximos 2 o 3 movimientos. Al igual que en esta realidad solo tenemos control sobre los próximos 2 o 3 movimientos, nunca sabes cómo terminará, pero de esos dos movimientos dependerá.