A pesar del tiempo que paso frente a mi computadora evitando el contacto no digital con las personas de este planeta físico llamado tierra siempre termino en sus calles hablando y riendo con algún amigo, pariente, amiga, amiga o amiga etc. A pesar de lo mucho que me quejo de mi soledad siempre hay algo que hacer y con alguien, y aunque quizás mis quejas no tienen que ver con ese tipo de soledad, nunca logro justificarme. Esa falta de razones, de justificaciones para mis quejas me hace pensar en que las cosas normalmente están siempre mejor de lo que uno puede ver, claro, es difícil ver el vaso medio lleno cuando estas siempre comparándote con los demás y tratando de resolver tu vida basado en las experiencias de otros y en los sueños que se desprenden de los deseos de quien sabe quién. Por eso corro… –ya sé, no tiene nada que ver con lo anterior pero…- corro en las mañanas para poner mi mente en blanco, soltar los aparejos de ideas subconscientes y pensar con el máximo poder de mi mente, olvidarme por unas horas de ruidos internos, fracasos y éxitos retumbantes y calmar los deseos para lograr ver las cosas de manera objetiva, sin prejuicios sin opiniones ni aceptaciones, sin oposiciones ni defensas totalmente expectante. Justo en ese momento de calma total, de respiraciones agitadas pero de paz infinita logro ver lo bonito de el logro humano, la superación y el alcance de los sueños que caracterizan mi vida hasta ahora y no puedo hacer más que sentirme orgulloso.
El tiempo va pasando y cada mañana tengo este fuerte encontronazo con mi “yo” superado, libre de remordimientos, dispuesto a seguir haciendo las cosas bien, y a seguir quejándose de ellas y aunque no suelo tener piedad al juzgarme pienso que las cuentas al cierre de este año calendario 2010 para mí son positivas, mi alma cierra en números verdes de ganancias luego de hacer estos balances matutinos súper auditables y el orgullo llena mi pecho como el oxigeno del waraira repano a 1200mts a las 7 de la mañana.
No es sorpresa que me sienta adicto a esto, así que seguiré haciendo mis liberaciones, disfrutando de la vida y quejándome de cada detalle de la misma acumulando riquezas no monetarias por medio del pensamiento sincero y quizá dentro de 366 días más mi balance quede en positivo otra vez.